Por: Jorge Zulúaga
En la pista Antonio Roldán Betancur todos los riders están ensimismados en su solitaria subida hacia el partidor pensando en lo que viene para ellos. Todos, excepto Esteban Castro, que va acompañado de su mamá y ella no lo desampara ni un solo segundo hasta que lo deja en su carril del partidor listo para arrancar. Luego de dejarlo, ella pide permiso y se va rápidamente hacia la línea de meta para volverse a encontrar con Esteban y brindarle unas palabras de aliento.
Esteban tiene 14 años y padece un trastorno en el desarrollo del lenguaje, lo que le impide hablar, leer y escribir. Su madre dejó de trabajar hace tres años para dedicarse única y exclusivamente a él, y por eso siempre lo acompaña a los diferentes eventos de bicicrós en donde participa. Además de BMX, Esteban también practica natación y ha participado en diferentes eventos departamentales. “Ama a esos dos deportes, se le ve la felicidad cuando los practica”, comenta Arelis, su madre.
El rostro de Esteban refleja plenitud y alegría de representar al equipo Fenix Voladores de Apartadó en la segunda válida de la Copa BMX Antioquia y de estar acompañado de su madre. En silencio observa las diferentes carreras mientras llega su turno de volver al ruedo. Su edad mental es como la de un niño de seis años y por eso siempre busca a niños de esa edad para poder jugar con ellos.

En 2019 se encontró con el BMX. Él antes practicaba patinaje en la cancha del Inder de Apartadó, un día desapareció del entrenamiento y se fueron a buscarlo. Cuando lo encontraron estaba en una pista de bicicrós agarrado de la malla y cuando vio a su madre, le señaló la pista y le dijo: “Mamá, yo” y ahí fue que se dieron cuenta que le apasionaba el mundo de los partidores, los peraltes y los montículos de tierra.
Su memoria visual es altamente desarrollada y eso le permite ser muy bueno con la tecnología. Aunque le sea difícil hablar, siempre se esfuerza por hacerse entender con Arelis y ella, también guiada por ese instinto maternal, sabe qué es lo que quiere.
La de Esteban es una historia que inspira y motiva. A pesar de que él solo puede pronunciar algunas palabras, el lenguaje de la bicicleta lo entiende a la perfección y su talento en la pista habla por sí solo.