Por: Claudia Villa

A menudo, la vida nos pone situaciones que lo que hacen es dar cátedra, y dejar muchos aprendizajes que nos sirven para forjar nuestro carácter y nuestra personalidad. En este caso, no es una situación sino una persona que llegó al Gran Festival de Semillero de BMX Antioquia: José Luis Ríos Montes, un joven de 13 años que fue partícipe del evento y que dejó una huella en el corazón de las personas que pudieron cruzarse con él.

Su trayectoria en el bicicross es corta, se remonta a 6 meses antes de pandemia, y como todo, por la situación mundial del Covid-19, tuvo que haber sido puesta en pausa por, al menos, un año y medio. Él y su familia tomaron la decisión de retomar este deporte porque, tal como lo cuenta su madre, Miriam Montes Montoya, es algo que lo hace muy feliz y que le ha enseñado que sus amigos lo acompañan y lo hacen sentir parte de algo. Además, afirma Miriam, que el hecho de haber sido admitido en el Inder para practicar la disciplina ha cambiado su vida rotundamente.

Su hermano, sin querer, fue el principal responsable de que Jose Luis comenzara a ver este deporte ya no desde su posición de espectador, sino desde un ámbito más personal, más como que ya quería ser él el que estuviera montado en una bicicleta: “se enamoró del deporte porque su hermano Miguel Ángel, cuando era más pequeño, entrenaba bicicross, entonces a él le quedó eso como un sueño, él era fascinado viéndolo”, cuenta su madre.

Si bien le encanta competir, entrenar y hacer parte de eventos, uno de sus mayores gustos es que las personas de su alrededor se acerquen a verlo pedalear. Le motiva ver a su madre, a su padre, a su hermano, a su cuñada, a su tía, que, según Miriam, es su fan número uno y a la señora que se encarga de cuidarlo, desde afuera de la pista, motivándolo a seguir adelante, a cruzar la línea de meta, y a demostrar que los límites solamente están en la mente y no son una excusa.

“Él manifiesta todo el tiempo que quiere seguir en el bicicross y quiere ser campeón, y nuestro papel como familia es acompañarlo y motivarlo a que logre lo que él se proponga”.

Y sí, en el festival demostraron que para cada uno de ellos lo más importante no radicaba en si él quedaba en los primeros puestos o en los últimos, sino que él saliera de cada manga a gusto con lo que hace y proponiéndose a retarse cada vez un poco más, y es algo que de la mano del Inder y de su profesora, que se ha encargado de ser un motor para José Luis, y que fue justamente por ella que llegaron al gran festival, no va a ser un impedimento. Tiene muchas personas a su lado que lo impulsan y que van de la mano de él en todo este proceso.

Él es una persona muy motivada que se impulsa a sí mismo a seguir adelante sin importar qué, pues el día del evento, desde las 6 a.m. ya se había levantado y bañado, esperando a su familia para ir a la pista Antonio Roldán Betancur a mostrar cada una de sus aptitudes.

En este momento lo que sigue para José Luis es muy bueno, ya comenzó un proceso que demuestra día tras día que quiere continuar y que se exige a sí mismo mucho para poder convertirse en un gran bicicrocista. Su familia cuenta que el objetivo ahora es buscar competencias de niños de su misma categoría con el propósito de que él obtenga un mejor desempeño y pueda destacar más, está trabajando para eso y no pararán hasta lograrlo.