En la capital, sus pedalazos son alardeados como si Caterine Ibargüen estuviese saltando en Apartadó, Yuberjen Martínez moviéndose en un cuadrilátero de Turbo o Fernando Gaviria embalando en la planicie de La Ceja. El público bogotano aplaude cada conejo que El pequeño mago se saca del sombrero dentro de la pista, ignorando, aunque con conocimiento de causa, que a quien admiran, piden fotos y le hacen fila para un autógrafo, es paisa.

Lo que Carlos Alberto Ramírez vive en Bogotá, a escala, podría compararse con lo de una estrella pop juvenil. Hace más de una década, cuando tomó la decisión de representar a la Atenas suramericana en todos los escenarios del bicicross, se topó con la resistencia con la que lidia el nuevo vocalista de un grupo consolidado, pero que con su voz y actuación en el escenario o en este caso, con destreza, carisma y resultados, se fue metiendo en el corazón de todo aquel que en un principio demostró oposición a que un antioqueño llevará en su pecho el escudo de armas.

“No fue para nada fácil, porque yo a los 15 – 16 años ya estaba ingresando a la categoría élite y en varias presentaciones sí se escuchaba el abucheo, pero son cosas con las que se lidió, con las que se vivió un tiempo, pero después el cariño de todos los bogotanos y todos los colombianos se empezó a sentir en el partidor”, comentó el ganador de la medalla olímpica de Río 2016.

Instagram Carlos Ramírez

Para la época en la que se dio el cambio de delegación, Ramírez era visto como la promesa del BMX nacional. En su palmarés brillaban múltiples preseas continentales y dos finales en campeonatos mundiales. Con dicho historial, su proyección era indiscutible y el distrito capital apareció para que “soñaran juntos”, como él relató:

“Bogotá me tendió la mano, me dijo vamos pa’ lante, soñemos juntos. Creyeron en el sueño que yo tenía que era quedar campeón mundial y luego acompañarme a unos Juegos Olímpicos y luchar por la primera medalla olímpica para Bogotá – que se logró –. Me abrieron las puertas, creyeron en este proceso y como siempre he dicho, puedo ser antioqueño de nacimiento, pero soy bogotano de corazón. Bogotá sigue soñando conmigo y con ayuda de Dios lograremos grandes cosas”.

Alejandra Reyes

Ganar unos Juegos Nacionales en casa

Cada cuatro años, el deporte colombiano se reúne en torno a los Juegos Nacionales, siendo esta la cita más importante de todos los departamentos y atletas del país. Los últimos se realizaron el año pasado en Bolívar, pero por cuestiones logísticas, varias disciplinas desarrollaron sus competencias en la capital, entre ellas el bicicross.

En competencia, Antioquia mostró un amplio dominio en la rama femenina, logrando el uno, dos y tres en ambas jornadas, sin embargo, la magia ocurrió en la categoría masculina y con un par de trucos, Carlos Alberto Ramírez se adueñó del primer lugar en la prueba por tiempos y en la prueba olímpica, haciendo que el himno escrito por Pedro Medina Avendaño, retumbará en la pista sx supercross El Salitre Mágico.

Mindeportes

“Fue algo muy bonito y más porque hace cuatro años ‘me fue arrebatada’ la medalla por una decisión de un juez que no compartí (…) entonces era un sinsabor de no tener esa medalla de Juegos Nacionales, pero esta vez se logró el oro en las dos pruebas, en una pista donde estaban todos los bogotanos apoyándome, gritando y aplaudiendo. Fue algo muy bonito para mí. Muy significativo; algo que me animó a seguir adelante, a seguir trabajando”, recordó el corredor.

Al final de las justas, Bogotá se llevó tres pódiums: Dos dados por El pequeño mago y el bronce de la prueba por tiempos de Miguel Calixto, mientras que los restantes los logró Antioquia, teniendo como protagonistas a Mariana Pajón, Diego Arboleda, María Camila Restrepo, Juan Camilo Ramírez, Andrea Escobar y Manuela Martínez.

Evolución del BMX capitalino y el camino a los próximos Juegos Olímpicos

Con Ramírez a la cabeza, el bicicross del centro del país ha tenido un salto de calidad, algo que se verá potenciado con la construcción de la nueva pista profesional El Salitre Mágico, la cual tiene un grado de dificultad más amplio en contraste de la Mario Soto.

“Hemos evolucionado mucho y hay niños que vienen muy fuerte y creo que con la pista nueva habrá una gran diferencia. Antioquia vio crecer muchos deportistas debido a la pista supercross Mariana Pajón y esta pista acá va a ayudar a crecer a los niños, porque es un reto más y ellos van a querer saltársela toda”, destacó Carlos, quien participó en el diseño del escenario.

Mindeportes

Los morros, peraltes y demás obstáculos de la supercross, además de ayudar en lo anteriormente mencionado, también han impulsado al mismo Carlos Alberto Ramírez en la búsqueda de puntos para clasificar a los próximos Juegos Olímpicos.

“Seguimos luchando. Hay varias carreras que tenemos que afrontar de la mejor manera y seguir sumando puntos para representar a Colombia de la mejor manera. Dios quiera que logremos esos dos cupos en masculino y estamos entrenando muy duro para ello. El próximo año nos esperan Copas Mundo y quién sabe si este año sí logremos correr el Mundial que también sería puntuable. Seguimos entrenando y trabajando y sé que tenemos muchas ganas”, concluyó el bicicrosista.

En la búsqueda de puntos para clasificar a los postergados Juegos Olímpicos se encuentra en femenino, Mariana Pajón; mientras que en masculino están además de Ramírez, Diego Arboleda y Vincent Pelluard.

Artículo publicado originalmente en la revista Más Q Ver.